No importa la
carrera que estés haciendo, siempre se va a ver minúscula comparada con la de
otras personas. Supongo que es más una cuestión de autoestima e inseguridad que
otra cosa. Todo esto me lo puse a pensar el otro día en la casa de Niky. ¿Se
acuerdan de Niky no?
Una de mis mejores amigas, madre de muchos niños, dueña de 3 perros, dos gallinas, un pato (el otro está muerto) y eventuales mascotas exóticas que sus hijos terminan matando sin querer (más adelante me detendré en ese punto).
Una de mis mejores amigas, madre de muchos niños, dueña de 3 perros, dos gallinas, un pato (el otro está muerto) y eventuales mascotas exóticas que sus hijos terminan matando sin querer (más adelante me detendré en ese punto).
Ya saben también
que nuestros encuentros son encuentros de algunas horas en las que estamos
luchando para poder hablar sobre algo y terminar de hablar sobre ese algo sin
sacar una especie de cuarenta ventanitas con subtemas, en el interin en el que
no sólo nos vemos interrumpidas por necesidades básicas de sus hijos (“má,
dónde está el nebulizador”, “má, má, má, G se cagó”, “má, el labial, má el
agua, má poneme a calentar la cera para depilarme los bigotes, má dame plata,
má tengo hambre, má haceme un té, MÁ, MÁ MÁ, MÁ, MÁAAAAA!!!!”), sino también por
la actividad de toda la gente que entra y sale de su casa, así como los que
llaman y los perros que no paran de ensuciar. En el medio de toda esa vida
ajetreada comienza mi tesis sobre “¿Qué
tan ocupada es tu vida de mierda en comparación con la de tus amigxs?”.
Pero si lo que
quiero contar puede ubicarse en una charla con Niky, el génesis viene de una
semana atrás: chica conoce chico. Al chico lo llamaremos “M” por cuestiones de
seguridad.
M. es un vecino
muy hot al que una siempre le echa el ojito, porque especímenes así, tan
recreativos a la vista, conocemos muy pocos en nuestras cortas vidas. M. me
empieza a hablar, con M. pegamos onda y me invita a la casa. Tomamos algo y nos
ponemos al día con respecto a nuestras actividades (nos conocemos de chicos,
resulta que hasta andábamos en bici juntos). Me cuenta que la próxima semana
vuelve a su rutina de facultad (abogacía) y trabajo. Cuando es mi turno me lo
quedo mirando con miedo. ¿Qué le digo? MI VIDA ES JODIDAMENTE ABURRIDA Y
SIMPLE. No trabajo, sólo estudio. Estudio Lengua y literatura. Se puede tomar
como *trabajo* las residencias de práctica docente pero no voy a comparar mis
actividades con las de un pibe que tiene un año más que yo y sale de la casa a
las 7 de la mañana y vuelve a las 11 de la noche. ¿O sí?
Te sentís pequeña,
insignificante. El pibe que tengo enfrente es totalmente adulto, y yo todavía
tengo 25 años, vivo con mis papás, no me recibí y escribo en un blog. Lo único
que hago es comer y engordar, mientras que El
Otro además de ser súper exitoso en su carrera y en su trabajo, tiene mucha
vida social (hablamos hace dos semanas y de las cuatro veces que me preguntó
qué hacía o si salía, tres estuve en pijama).
Pensando y
mortificándome mucho acerca de esta cuestión, retomando con Niky, el otro día
llego a su casa y sentada del otro lado de la barra de la mesada de la cocina,
junto a su marido, me recibieron con un mate al grito de “perdón, estuve muy ocupada
esta semana, tengo que leer tu blog”.
El tiempo se
detuvo.
Como suele
detenerse cuando algo te hace click en la cabeza.
El engranaje
empieza su curso habitual de pensamientos: sos una fracasada. Una fracasada del
tipo “Al menos me di cuenta de que no es
la gordura lo que me deprime, sino mi vida” o del estilo “¿A qué hora pensas despertarte de la vida,
cara de verga?”
Así que, estábamos
en que Niky me decía que no había tenido tiempo de leer mi blog, que se iba a
poner al día enseguida. La miré a los ojos y le respondí: “claro, entiendo, no pudiste
leerme porque esta semana estuviste a full salvando animales, rescatando niños
de la calle y haciendo del mundo un lugar mejor, mientras yo estoy 25 horas por
día (porque estoy de vacaciones de invierno) pensando por qué M, mi vecino, no
me manda un mensaje de coger (todavía no pasó nada *sexual* ¿en sus
vidas siguen existiendo esos tipos que “te respetan” y no te cogen de movida o
sólo yo tengo que estar cinco salidas para cogerme un vago? SI ME QUERES
RESPETAR NO JUEGUES CON MI DEPILACIÓN, HIJO DE PUTA). Entiendo, Niky, que no hayas
podido leerme, porque mientras yo estoy dando vueltas al hecho de que debería
estar estudiando para rendir Latín en breve, vos estuviste recolectando ropa y
alimentos no perecederos para los inundados.”
Y no es sarcasmo,
ella real, realmente hace todas esas cosas (además de trabajar mil horas por
día y tener un montón de hijos que criar y mantener).
¿Vieron la bandera
yanqui en Cuba? Estoy casi segura que Niky intermedió entre los dos países para
que hicieran las pases. A mí no me engaña.
Méndiga Niky. Estupida,
solidaria y preciosa Niky. Su sudor seguramente huela a canela o algo así.
Niky firma
peticiones para salvar a las ballenas, va a marchas para que cierren hospitales
con violencia obstétrica, está a favor de la vida, en contra de los zoológicos y
la venta de animales, y yo, yo acá… alimentando mi culo de dos plazas mientras
me mortifico por todo lo que tendría que estar estudiando, sin estudiar.
M, el chico hot,
mi vecino que se parte en diezmilpedazos y que nunca va a darme bola, también
tiene una vida ajetreada, como conté al comienzo.
Hoy, 17 de agosto,
feriado por el fallecimiento del libertador de América. Otro feriado más sin
coger.
Mi única pregunta por
el momento es: TAAANTAS GANAS DE SER ALGUIEN TENÍAS SAN MARTÍN PARA CRUZAR LA
COORDILLERA POR FAVOR ME CONGELO.
El vídeito de la semana: Yo en instagram, cuánta piba fea con novio > SEGUIME EN INSTAGRAM
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Excelente! abrí el juego Suly.....hay mas peces en la pecera...sino es M será otro/otros(?
ResponderEliminarvolvi a leer esto y llore de la risa...
ResponderEliminarte amo!! a todo esto: ahora tengo codornices conejos y mas gallinas... jajaja y los mismos 3 suucios perros