Decidí que quiero
interrumpir mi sesiones de terapia con Nilda, porque ya estoy harta de que me diga
que deje de buscarme gente rota para arreglar (léase, pelotudosconproblemitas)
porque no soy la mecánica de la verga.
Nunca me sentí más
iluminada.
Es por eso que la
decisión conlleva un montón de otras pequeñas decisiones. Ahora resulta que
dialogo más con mis amigas.
Hoy en Vos y todos los pelotudos que me dejaron,
llega, con mucha emoción: AMIGAS QUE CUENTAN.
La onda era
juntarse a estudiar para el parcial de Lenguas clásicas con R. Supongamos que
íbamos a estudiar. Nunca pasó. Por algún extraño motivo terminamos hablando de
*multi o* esa famosa marca de gel sexual que te deja en llamas. En llamas
quedó, cuando su novio quiso pasárselo y asumió que como “no pasa nada Chito, no pasa nada” necesitaban untar más. De fondo
me imaginé sonando “me arde” de Calamaro, porque así fue. El ardor, claramente
no era una sensación linda.
R. me dice que “en llamas quedé, pero no fue agradable” y
yo por dentro (y por fuera, porque se lo dije) pensé “¿y quién dijo que estar envuelto en llamas sería una sensación
agradable ME VUELVO LOCA MAMITA PER FAVOR?”
Nadie, nunca, les
juro que no conozco a ningún ser que me haya dicho “che, ¿sabes qué? Mi novio
ayer me incendió y hoy me siento re bien”. Esas situeishons terminan, por regla
general, con alguien preso y otro muerto. Y mucha gente sufriendo detrás, digo
de repente de pronto me parece.
Le dije a R. que siempre
hay que hacerse un sánguche ante estos episodios de estrés, porque eso siempre
ayuda a pensar con claridad, ¿entienden? Es tipo “me encontré con que mi cita es un pelotudo de mi exacto calibre y no
sé cómo proceder. Me voy a ir haciendo un sánguche, besitos”, o “Ojeda se deja
embarazar por diegote que es un embarazador abandonador, hagámonos un sánguche
y analicemos el momento”.
No te hagas la que
nunca te cogiste a uno con pantalón blanco, hacete un sánguche y contame.
Ojo, también tengo
anécdotas sexuales que incluyen calambres justo en el mejor momento, pero esas
no divierten a nadie; son como el tipo barbudo promedio del que nos reímos
diciendo *qué lindo* pero sabemos que si se afeita es el enano orejudo del
barrio.
Amigas que cuentan
son también aquellas que te llenan de sus anécdotas de mierda que a nadie le
importan del tipo “ay es re tierno, se levantó al otro día y me preparó el
desayuno”, o “nos vimos ayer y re cogimos y hoy me siguió mandando mensajes,
qué lindiiiii”. CALLATE, MORITE, IMBÉCIL, NO ME CUENTES NO QUIERO SABERLO, NO
QUIERO SABER QUE NO SALIMOS EL VIERNES PORQUE EL PELOTUDO ADEMÁS TE LLEVA AL
CINE Y YO ACÁ, ABRAZANDO UNA CAJA. TOMÁ, CHUPÁ UN TRAPO Y CALLATE, FORRA. A MI
NADIE ME LLAMA, SOBRE TODO DESPUÉS DE COGER.
Quiero que me
cuentes lo chusco, lo irritante, las peores partes de la relación. Quiero que
me cuentes lo bizarro, lo que no le contarías a nadie, aquello que te avergüenza
pero como sabes que soy una gorda patética más o menos como vos, no te
molestaría decírmelo. Contame tus fracasos, no tus triunfos.
No sé chicas, veo
tanta hurraca con novio que ya no sé si tengo más odio acumulado de tanto forro
que me caga o de todas esas que parecen encontrar la felicidad a la vuelta de
la esquina mientras yo tengo tengo un blog y un chupetín.
En un comienzo pensaba
que no podía conseguir novio ni en pedo por gordaincogible, pero hay mucho tero
sufrido de 40 kilos que está en las mismas que yo.
Tranqui, este blog
sólo odia a los pelotudos, con las flacas está todo bien (salvo con esas que se
dicen *gordas* y no lo son EL GREMIO NO
LAS ACEPTA, JUIRA).
Pd. Este blog,
definitivamente, NO ODIA a los pelotudos. Los pelotudos, claro está, son mi
debilidad.
Un besito a la
gilada, y ahora usted dígame ¿cuál es su experiencia sexual más patética? No vale
si fue conmigo.
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