jueves, 20 de agosto de 2015

Chapter 4: Amigas que cuentan.


Decidí que quiero interrumpir mi sesiones de terapia con Nilda, porque ya estoy harta de que me diga que deje de buscarme gente rota para arreglar (léase, pelotudosconproblemitas) porque no soy la mecánica de la verga.

Nunca me sentí más iluminada.

Es por eso que la decisión conlleva un montón de otras pequeñas decisiones. Ahora resulta que dialogo más con mis amigas.


Hoy en Vos y todos los pelotudos que me dejaron, llega, con mucha emoción: AMIGAS QUE CUENTAN.
La onda era juntarse a estudiar para el parcial de Lenguas clásicas con R. Supongamos que íbamos a estudiar. Nunca pasó. Por algún extraño motivo terminamos hablando de *multi o* esa famosa marca de gel sexual que te deja en llamas. En llamas quedó, cuando su novio quiso pasárselo y asumió que como “no pasa nada Chito, no pasa nada” necesitaban untar más. De fondo me imaginé sonando “me arde” de Calamaro, porque así fue. El ardor, claramente no era una sensación linda.
R. me dice que “en llamas quedé, pero no fue agradable” y yo por dentro (y por fuera, porque se lo dije) pensé “¿y quién dijo que estar envuelto en llamas sería una sensación agradable ME VUELVO LOCA MAMITA PER FAVOR?”
Nadie, nunca, les juro que no conozco a ningún ser que me haya dicho “che, ¿sabes qué? Mi novio ayer me incendió y hoy me siento re bien”. Esas situeishons terminan, por regla general, con alguien preso y otro muerto. Y mucha gente sufriendo detrás, digo de repente de pronto me parece.
Le dije a R. que siempre hay que hacerse un sánguche ante estos episodios de estrés, porque eso siempre ayuda a pensar con claridad, ¿entienden? Es tipo “me encontré con que mi cita es un pelotudo de mi exacto calibre y no sé cómo proceder. Me voy a ir haciendo un sánguche, besitos”, o “Ojeda se deja embarazar por diegote que es un embarazador abandonador, hagámonos un sánguche y analicemos el momento”.
No te hagas la que nunca te cogiste a uno con pantalón blanco, hacete un sánguche y contame.

Ojo, también tengo anécdotas sexuales que incluyen calambres justo en el mejor momento, pero esas no divierten a nadie; son como el tipo barbudo promedio del que nos reímos diciendo *qué lindo* pero sabemos que si se afeita es el enano orejudo del barrio.
Amigas que cuentan son también aquellas que te llenan de sus anécdotas de mierda que a nadie le importan del tipo “ay es re tierno, se levantó al otro día y me preparó el desayuno”, o “nos vimos ayer y re cogimos y hoy me siguió mandando mensajes, qué lindiiiii”. CALLATE, MORITE, IMBÉCIL, NO ME CUENTES NO QUIERO SABERLO, NO QUIERO SABER QUE NO SALIMOS EL VIERNES PORQUE EL PELOTUDO ADEMÁS TE LLEVA AL CINE Y YO ACÁ, ABRAZANDO UNA CAJA. TOMÁ, CHUPÁ UN TRAPO Y CALLATE, FORRA. A MI NADIE ME LLAMA, SOBRE TODO DESPUÉS DE COGER.
Quiero que me cuentes lo chusco, lo irritante, las peores partes de la relación. Quiero que me cuentes lo bizarro, lo que no le contarías a nadie, aquello que te avergüenza pero como sabes que soy una gorda patética más o menos como vos, no te molestaría decírmelo. Contame tus fracasos, no tus triunfos.

No sé chicas, veo tanta hurraca con novio que ya no sé si tengo más odio acumulado de tanto forro que me caga o de todas esas que parecen encontrar la felicidad a la vuelta de la esquina mientras yo tengo tengo un blog y un chupetín.
En un comienzo pensaba que no podía conseguir novio ni en pedo por gordaincogible, pero hay mucho tero sufrido de 40 kilos que está en las mismas que yo.

Tranqui, este blog sólo odia a los pelotudos, con las flacas está todo bien (salvo con esas que se dicen *gordas*  y no lo son EL GREMIO NO LAS ACEPTA, JUIRA).

Pd. Este blog, definitivamente, NO ODIA a los pelotudos. Los pelotudos, claro está, son mi debilidad.

Un besito a la gilada, y ahora usted dígame ¿cuál es su experiencia sexual más patética? No vale si fue conmigo.




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